En mi consideración hoy, la violencia doméstica
es un tema candente para la sociedad uruguaya. Para parar con esta situación, pueden
existir muchas “recetas”.
Particularmente pienso que es el momento de
instalar el tema en la opinión pública, en la prensa, en el Poder Legislativo,
con el objetivo de fomentar y concientizar a la población acerca de cómo debe
actuar frente a una situación de violencia.
Hoy
por hoy, no existe la más mínima severidad en las sanciones que se aplican ante las pruebas contundentes de agresión. Los
pasos por los que tiene que transitar las víctimas de violencia doméstica para
realizar la denuncia, son engorrosos y las medidas lentas e ineficientes, ya
que mientras se investigan los hechos, interviene la justicia y toman las
medidas correspondientes para proteger a la víctima, la situación se torna
sumamente peligrosa, en muchos casos termina con la muerte de la persona
agredida en manos de su agresor, sin que la justicia haya podido hacer nada.
Por lo
tanto considero, que otro de los caminos que debería seguirse, es facilitar y
acelerar los trámites de denuncia, y que las penas que se apliquen ante la
mínima agresión, ejemplificantes.
La violencia doméstica, o violencia familiar comprende todos aquellos actos violentos,
desde el empleo de la fuerza física, hasta el matonaje (es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado), acoso o la intimidación, que se producen en el seno de un hogar y que incurre, por
lo menos, en un miembro de la familia contra algún otro familiar.
Un
denominador común que se puede dilucidar en la sociedad es el descontento que
existe con la forma de operar de la justicia en casos de violencia doméstica.
Es acusada muchas veces de ser lenta y también ineficaz. Muchas de las víctimas
revelan que tuvieron que acudir más de una vez a la justicia para que ésta
interviniera.
Otro
aspecto que comparten muchas personas, es la idea de los trastornos que causa
la violencia doméstica en los niños. Cuando los niños se crían en ámbitos donde
esta situación se desarrolla de forma cotidiana, por lo general van a generar
en su adultez conductas similares a las vividas en su infancia. Por eso no solo
genera un mal en la víctima, si no también daña al contexto que lo rodea.
Una
de las preguntas que se hacen a menudo a la hora de realizar una encuesta es; ¿Cuáles
se consideran los problemas más importantes del país? la mayoría de las
personas responden la seguridad y la delincuencia, seguido de los problemas
económicos. Solo un 6% responde que la violencia doméstica es un problema
importante.
Cuando
se interroga acerca de este tema, todos comparten que es un problema al menos
importante y para algunos es un tema muy importante, dicho de otra manera no
parece estar en la “agenda” de los primeros problemas, pero se lo reconoce como
tal cuando se lo encuesta.
Muchas
personas sostienen que esta situación podría revertirse, educando en valores a
los hombres para que cambien la mentalidad, por otro lado existen personas que
no encuentran, en primera instancia una solución para combatir el problema.
Se
produce una “paradoja” ya que, si bien la mayoría reconoce su importancia y su gravedad,
no está entre los problemas más relevantes, ni siquiera se conocen las
instituciones y servicios vinculados a su erradicación.
En conclusión, la violencia doméstica es un
tema muy importante para la sociedad uruguaya. Es un tema que como vimos, está
en boca de todos, si bien existen personas que no están informadas acerca de
este asunto, todos comparten la idea de luchar contra este problema. Para
sortear este conflicto debemos cambiar los estereotipos y los valores vigentes.
Comenzando por educar a las generaciones venideras, inculcándole la idea de
respeto hacia los demás, la idea de que todos somos iguales. Por último este es
un tema que involucra a toda la sociedad, es hora de que nos concienticemos y
comencemos a trabajar en vías de cambiar esta triste situación que viven
numerosas personas en el país.
MARTIN ORTIZ