La novela que hoy nos proponemos presentarle, caracterizada por su brevedad y su fácil comprensión, nos sitúa en el Uruguay de la década de los setenta: años oscuros y difíciles, marcados por la dictadura cívico-militar. Las libertades personales que en dicho período se vieron suprimidas harán que nuestros sentimientos más puros como seres humanos afloren a medida que transcurre la obra.
En este marco social es que Mario Delgado Aparaín le da vida a Johnny Sosa, un hombre de tez oscura y de mediana edad dedicado enteramente a la música, a la que encara como hobby y como medio de vida.
Acompañado por su fiel esposa, “La rubia Dina”, este humilde personaje, sumido en la soledad de su modesta casa de adobe, dedica religiosamente las mañanas a informarse, por medio de una pequeña radio, sobre quien fuese su ídolo: Lou Brackley, un cantante de Blues Estadounidense con una vida un tanto particular.
Con la ilusión de algún día llegar a ser como su gran inspirador, Johnny se presenta todas las noches en el “Chantecler”, un prostíbulo del pequeño pueblo en el que vivía: Mosquitos.
La vida de nuestro personaje central dará un giro radical cuando, convencido por las insistencias de su esposa, accede tomar clases de canto con un viejo maestro de la zona y realizar al mismo tiempo un cambio de imagen: ponerse una dentadura postiza.
Es con el paso del tiempo que Sosa se dará cuenta de la verdadera riqueza que habita en su interior, siendo capaz de discernir entre lo que los demás quieren conseguir de él y lo que realmente desea para su vida.
Gracias a un remate inesperado y profundamente conmovedor, La balada de Johnny Sosa, considerada como un clásico de la narrativa hispanoamericana, nos lleva a cuestionarnos acerca de nosotros mismos, nuestros valores y nuestros principios.
Por lo tanto, si está preparado para un viaje de introspección, ¡la primer página espera por usted!.
JOAQUÍN GIRIBALDI.
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