miércoles, 13 de junio de 2012

Legalización de la marihuana: Proyecto que no abate el consumo



Cannabis sativa es el nombre científico de la planta que  popularmente se conoce como marihuana, porro, faso, caño, cuete o verde entre otros. Seguramente habrá oído hablar sobre esta droga y más en estos momentos cuando ha salido a luz un proyecto de ley para su legalización.
Este fue presentado por Sebastián Sabini diputado del movimiento de participación popular (MPP), y el dirigente Nicolás Núñez del partido socialista (PS), contempla la legalización de autocultivo para consumo personal y/o fines de investigación científica abocados al área terapéutica  (se entiende como cosecha para consumo personal un máximo de ocho plantas ).
Además la persona que decida practicar el autocultivo deberá solicitar la autorización del Ministerio de Salud Pública (MSP). Quien utilice la droga para hacer productos que generen dependencia tanto psíquica como física será procesado con 20 meses de prisión a 10 de penitenciaría, y lo mismo sucederá con quienes utilicen la droga para su distribución.
El proyecto busca lograr regular la utilización de la marihuana dentro del marco legal, ya que aunque su consumo no está penado en nuestro país su distribución si lo está. Debido a esto los consumidores deben cruzar el límite de lo legal para conseguir la sustancia.
Estimo buena la propuesta del proyecto de ley, pero no puedo pasar por alto que la marihuana, aunque menos dañina que otras, sigue siendo una droga. Lo ideal sería encontrar la forma de erradicarla de la sociedad.
Según el último informe sobre el consumo de drogas de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizado en el año 2009, en Uruguay durante el año 2003 un 8,0% de la población estudiantil consumía marihuana, y el año 2009 esta cifra subió al 12,5%.
Esto muestra que en ese lapso hubo un crecimiento de aproximadamente 30% en la cantidad de estudiantes que consumen la droga.
Si siguiera esa tendencia de alza en el consumo, para el año 2015 habría un 20% de población estudiantil consumidora, lo que no es un dato menor.
El informe también mostró que en este país el 23,3% de la población entre 12 y 64 años de edad consume marihuana, concentrándose el mayor consumo en la franja etaria que va entre los 18 a los 34 años (11,1%) este grupo tiene la particularidad de congregar a las generaciones futuras que serán el ejemplo de las nuevas, dato que no se debería pasar por alto. Durante el correr de noviembre pasado (sábado 13, al viernes 20 de noviembre), el canal 4 de Montevideo, llevó a cabo una encuesta a nivel nacional sobre la legalización de la marihuana para el uso personal, arrojando como nuevo resultado un aparente crecimiento de la opinión pública a favor de la aceptación del autocultivo de la marihuana con respecto a encuestas de años anteriores.
El resultado fue: Si (a favor) 46%, No (en contra) 54%. Se desconoce en base a cuantos sujetos fue realizada la encuesta, pero si bien, se trata del canal con mayor audiencia televisiva del Uruguay, y esto, en teoría indica alta participación activa de la población, aunque hay que aclarar que era una encuesta en la que participaba quien podía y quería pagar el monto de cinco pesos uruguayos (por el único SMS permitido por cada número telefónico).
Teniendo en cuenta este detalle y que hubo gente que nunca supo de esta encuesta, me pregunto cuánto de verdad tendrá, y cuando se realizará una investigación seria sobre un tema que concierne a toda la sociedad.
De todos modos y aceptando los pro y contra de dicha encuesta podemos ver que hay una clara dicotomía acerca de este tema en la sociedad, prácticamente un 50% a favor y en contra.
La sustancia es originaria del centro y sur del continente asiático, se obtiene al procesar y picar el tallo, las hojas y la flor de la planta de cannabis. A pesar de que se tiene registro de su utilización a partir del siglo III A.c. su uso era restringido a ceremonias religiosas y también se la utilizaba como hojas para escribir debido a su textura flexible.
Algunos activistas a favor de la legalización de su consumo exponen como argumento que esta planta posee propiedades medicinales. Esto es un total malentendido. La realidad es que en algunos países su uso médico es permitido en escasas ocasiones bajo circunstancias muy especiales, y como si fuera poco la marihuana medicinal es sintética y procesada para que cause el efecto deseado en el paciente.
La planta de marihuana está compuesta por cannabinoides, CBG, CBD, CDB y THC entre otros, el último es el que existe en más cantidad y el más psicoactivo. El consumo continuo de estos compuestos químicos produce a nivel psicológico: adicción, paranoia, pérdida de concentración y memoria, apatía, depresión y amotivación.
A nivel físico produce fatiga, pérdida de coordinación motora (movimientos más torpes y lentos) y pérdida de peso, también puede provocar cáncer en pulmones y vías respiratorias y por último provoca impotencia sexual tanto en hombres como en mujeres.
Teniendo en cuenta todos los datos estadísticos es fácil darse cuenta que el consumo de la marihuana ha aumentado considerablemente en los últimos años y con ello su aparente “aceptación”. Este nuevo proyecto de ley es acorde a esta nueva realidad nacional y además combate todo lo que es el narcotráfico de la sustancia, pero sólo eso, es decir que no combate su consumo, es más lo promueve.
Para erradicarlo el estado debería tirar atrás este nuevo proyecto y aplicar políticas más duras tanto a la tenencia y la distribución de la droga para luego estatizar y monopolizar su producción, ofertándola en el mercado a precios elevados, el efecto de esta medida sería la reducción drástica en el consumo y por otra parte el que decida seguir consumiendo dejará dinero al estado.

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