domingo, 6 de mayo de 2012

Opinión - Daniel Esmoris


Son muchos los que acusan, y con acierto, una falta de coherencia entre la ideología que declara y la que practica el partido de gobierno. Así nace en el seno del Encuentro Progresista – Frente Amplio una agrupación con intenciones separatistas: El Encuentro Nacional de Trabajadores, Estudiantes y Jubilados (E.N.T.E.J.).
La misma critica las políticas “seguidistas” y de derecha del EP-FA. y, aunque aún no se sabe ante qué se está, ya que la facción no tiene la dimensión y difusión que pretende, al menos en lo que son sus planteos, tendrá mucha aceptación.
 Entre otras cosas, reclama por la defensa de los recursos naturales del país bajo una estricta tutela estatal (se manifiesta en contra de la forestación y plantación de soja indiscriminada como también de los proyectos de explotación minera). También pretende formar un “Comité de Lucha” que asuma la responsabilidad de pelear por lo que los sindicatos no lo hacen. Considera, además, que la educación va por mal camino, y que las reformas planteadas o en vías de aplicarse agravan el problema.
Por encima de los planteos puntuales contra el EP-FA, es su falta de integridad y el doble (por no decir múltiple) discurso lo que más molesta, tanto a quienes lo votaron como a sus detractores. La nueva agrupación no es más que la materialidad de esa desconformidad general en la esfera política. Este grupo está transitando los caminos para transformarse en un partido, una opción de renovación de cara a las elecciones.
Desconozco si el grado de indignación de los frenteamplistas y el común miedo al cambio le permitan a esta flamante agrupación política llegar a sus objetivos. Pero si hay algo seguro es que recoge y se hace cargo con valentía de una sensación que por mucho tiempo flotó sin asentarse en algo concreto. Hoy, dentro del EP-FA, hay una nueva fuerza que pugna por su independencia y proclama la reivindicación de las raíces de la izquierda.

Daniel Esmoris

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