Son muchos los que acusan, y con acierto,
una falta de coherencia entre la ideología que declara y la que practica el
partido de gobierno. Así nace en el seno del Encuentro Progresista – Frente
Amplio una agrupación con intenciones separatistas: El Encuentro Nacional de
Trabajadores, Estudiantes y Jubilados (E.N.T.E.J.).
La misma critica las políticas
“seguidistas” y de derecha del EP-FA. y, aunque aún no se sabe ante qué se está,
ya que la facción no tiene la dimensión y difusión que pretende, al menos en lo
que son sus planteos, tendrá mucha aceptación.
Entre otras cosas, reclama por la defensa de
los recursos naturales del país bajo una estricta tutela estatal (se manifiesta
en contra de la forestación y plantación de soja indiscriminada como también de
los proyectos de explotación minera). También pretende formar un “Comité de
Lucha” que asuma la responsabilidad de pelear por lo que los sindicatos no lo
hacen. Considera, además, que la educación va por mal camino, y que las
reformas planteadas o en vías de aplicarse agravan el problema.
Por encima de los planteos puntuales contra
el EP-FA, es su falta de integridad y el doble (por no decir múltiple) discurso
lo que más molesta, tanto a quienes lo votaron como a sus detractores. La nueva
agrupación no es más que la materialidad de esa desconformidad general en la
esfera política. Este grupo está transitando los caminos para transformarse en
un partido, una opción de renovación de cara a las elecciones.
Desconozco si el grado de indignación de
los frenteamplistas y el común miedo al cambio le permitan a esta flamante
agrupación política llegar a sus objetivos. Pero si hay algo seguro es que
recoge y se hace cargo con valentía de una sensación que por mucho tiempo flotó
sin asentarse en algo concreto. Hoy, dentro del EP-FA, hay una nueva fuerza que
pugna por su independencia y proclama la reivindicación de las raíces de la
izquierda.
Daniel Esmoris
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