Una buena excusa a la hora de encontrarse con amigos o
familiares, es esa típica idea de juntarse a hacer una picada, cenar u
almorzar. También es motivo presente cuando uno se encuentra solo. Nunca falta
aquel que menciona el comer para levantar el ánimo, o pasar el rato.
Sin duda, es algo vital y presente todo el tiempo en
nuestras vidas.
¿Pero, qué sucede cuando ésta se torna esencial en nuestras
vidas al punto de estar todo el tiempo ingiriéndola?
Éste es un problema que ha crecido en mayores medidas en los
últimos tiempos.
¿Cómo reconocer un adicto a la comida?
Es aquel que pierde el control de cantidades de la misma que
ingiere a lo largo del día. Según la Guíaobesidad.com, un comedor compulsivo
presenta las siguientes características:
·
Secretismo: Es decir, oculta lo que come.
·
Autodestructiva: Haciéndose daño tanto de forma
física (aumentando de peso), como psicológica (teniendo sentimientos de culpa).
·
Fuera de control: Se les presenta imposible
dejar de comer.
·
Recaídas: Los adictos tienen épocas, en que
controlan la comida que ingieren, pero luego, tienden a abandonar.
·
Obsesión por la comida y el peso: Se pasan
pensando en su problema, mentalizándose de intentar lo mejor y buscando nuevos
sociales.
·
Baja autoestima: Los invaden sentimientos y
pensamientos de culpa y remordimientos, prometiéndose cambiar.
Esta adicción puede desencadenar diversos tipos de
problemáticas
·
Diabetes
·
Hipertensión
·
Depresión
·
Problemas cardíacos
·
Trastornos psicológicos
¿Cómo ayudar a un adicto?
En primer lugar, se debe lograr que éste reconozca y se
concientice de su problema. Luego, medicamente deberá realizarse estudios y un
plan personalizado con disciplinas intensas que ayuden a su recuperación. Se debe destacar que es un trabajo complejo
que implica un esfuerzo día a día en donde el adicto necesitará apoyo y
contención.
Cecilia Torres
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