sábado, 5 de mayo de 2012

Opinión - Joaquín Giribaldi


                         La homosexualidad en el Uruguay

¿Por qué encuentro importante tratar este tema? Simplemente por el gran camino hacia la igualdad y la justicia en el que, a mi parecer, se encuentra nuestro país. 

Contrariamente a lo que se ha creído a lo largo de la historia, la Comunidad Científica Internacional, así como la Organización Internacional de la Salud (OMS), establecieron ya en 1973 que la condición a la que estamos frente no puede ser considerada una enfermedad. 

La homosexualidad es definida por estas importantes organizaciones como: “la orientación sexual que manifiesta una interacción, una atracción de tipo sexual, emocional, sentimental y afectiva hacia los individuos del mismo sexo”.

¿Qué piensa la gente al respecto? Encuentro a la sociedad uruguaya especialmente caracterizada por encontrar a temas como este ciertamente “prohibidos”, o bien llamados “temas tabú”. 

En un estudio realizado en las calles del barrio Prado, en Montevideo, se halló que al momento de preguntarle a personas de diversas edades, “¿Está usted de acuerdo con que dos personas del mismo sexo se demuestren el afecto que se tienen en la vía pública?”, las respuestas variaron de acuerdo a la franja etaria en la que el entrevistado de encontraba. Veamos a continuación algunos de los resultados:

- Antonio, 79 años: “Yo no tengo ningún problema en que si se quieren se lo demuestren, pero que lo hagan dentro de sus hogares.”
- Lucía, 18 años: “Me parece perfecto, si ellos o ellas son felices no tengo nada más que decir. Vivimos en un país libre.”
- Felipe, 26 años: “Si, estoy de acuerdo. Creo que todas las personas tenemos Derecho a expresarnos con libertad y más si de dar amor a otro se trata. Arriba la igualdad.”
- María Luisa, 63 años: “No. No estoy a favor de nada que vaya en contra de la naturaleza. Yo no tengo por qué presenciar eso.”

Si analizamos estos resultados a grandes rasgos, nos encontramos con que la población adulta continúa arraigada a viejas creencias y a prejuicios, mientras que es la juventud la promotora de cambios, notándose una mentalidad más liberal y de cara a igualdad. 

Estamos, a mi entender, ante una de las maravillas por las que nos caracterizamos los seres humanos: la capacidad de decir “no” a nuestro código genético, la capacidad de decidir y elegir cómo queremos vivir. 

Me pregunto entonces: ¿Por qué a los uruguayos nos causa aún cierta “incomodidad” el tratar el tema?, ¿Por qué nos sorprendemos al ver a dos personas del mismo sexo tomadas de la mano en la vía publica, o bien besándose? 

Si tenemos en cuenta a los países más desarrollados en materia social y legislativa (los cuales considero en este caso un ejemplo a seguir), notamos como la homosexualidad es vista y, por lo tanto tratada, de forma muy natural: todas las personas son íntegramente respetadas y, por sobre todas las cosas, sus Derechos son avalados y se hacen cumplir día a día.

Creo que es tarea de cada uno como ciudadano y, personalmente, como precursor y practicante de la igualdad, la toma firme de conciencia para seguir luchando por la equiparación de condiciones para todos. Si somos todos iguales, debe ser exigida la igualdad de derechos y obligaciones.

Desde mi punto de vista es, en parte, el Estado el que debe promover planes para que la sociedad y en especial las nuevas y no tan nuevas generaciones conozcan más de cerca esta realidad, a la que miles de uruguayos somos cercanos. Cuando me refiero a “responsabilidad”, hablo de la posible implementación de planes en materia de educación en los que se les acerque a los niños, jóvenes y adultos, información sobre el tema que tratamos, así como llevar a cabo, por ejemplo, talleres sobre sexualidad en general, siendo considerado como necesario, desde mi punto de vista, que estas temáticas sean tratadas con la naturalidad y soltura que en verdad merecen, para así lograr una convivencia más amena y, por sobre todas las cosas, de respeto y la tolerancia. 

JOAQUÍN GIRIBALDI.

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