HÁBITOS
ALIMENTICIOS EN URUGUAY
Actualmente se está notando un cambio importante en los hábitos alimenticios
de la población uruguaya. Esto tiene un efecto negativo en nuestra calidad de
vida, provocando muchas veces enfermedades de alto riesgo, como son la obesidad
y el sobrepeso. Muchos factores son los que influyen en esto, por ejemplo el
estrés, el fácil acceso a la comida chatarra, y la baja calidad de algunos
alimentos que se suelen consumir tales
como son los productos transgénicos.
Los hábitos son comportamientos que expresan creencias y preferencias y
determinan en parte la cultura. Otras causas tales como el aumento de la pobreza
y las consecuentes dificultades para el acceso a una alimentación adecuada, establecen
algunos hábitos en nuestro país.
En nuestra población se pueden destacar hábitos alimentarios adecuados
el consumo diario de leche y productos lácteos, de alimentos del grupo de las
carnes y de cereales y derivados. Por el contrario resultan aspectos inadecuados
el consumo excesivo de calorías, grasas saturadas, sal, azúcar y el bajo o
deficiente consumo de frutas y verduras.
Las últimas estadísticas con respecto a este tema, muestran que 2 de
cada 4 uruguayos tienen malnutrición por
exceso, lo cual produce por ejemplo problemas cardíacos y altas posibilidades
de padecer un infarto. La rutina diaria del trabajador, del estudiante, de los
niños o de las familias en sí, afecta para mal al proceso de digestión, ya que
muchas veces se ingieren los alimentos de manera muy rápida y sin masticarlos
debidamente.
Uno de los factores trascendentales para los drásticos cambios en la dieta
de los uruguayos es la variación en los precios que se registró con posterioridad
a la crisis de 2002, que estableció un aumento en la compra de alimentos de
baja calidad debido a su fácil accesibilidad en comparación con los productos
de alta calidad.
Otro condicionante de estas
enfermedades, es que la gente hoy en día no realiza actividades físicas por el
hecho de beneficiar a su salud, sino que las realizan mayormente por estética.
Son pocas las personas que salen a caminar, a correr, o practican algún deporte
por el hecho de sentirse bien.
La mejor manera de empezar a implementar buenos hábitos a la hora de de comer, es educando
a nuestros hijos en este tema. Poder lograr que los niños los adquieran y los
siga toda su vida, y así poder ir fomentándolos de generación en generación. De
esta manera se contribuye para poder notar a largo plazo resultados positivos
en nuestra calidad de vida.
Estudiantes de la licenciatura en nutrición, que están cursando su
último semestre, realizaron un informe acerca de esto. Una de estas estudiantes
afirmó: “Una alimentación saludable no es
comer de todo en abundancia ni privarse de los alimentos, comer sano depende de
una adecuada selección y preparación de los mismos basada en los hábitos
alimentarios.”
También hicieron algunas recomendaciones de cómo poder lograr una buena
alimentación que aporten a una correcta nutrición.
Por ejemplo, evitar el salteo de
comidas y empezar a respetar el horario diariamente. A la mañana un buen
desayuno, empezando de a poco si no se tiene la costumbre, para que de esta
manera el cuerpo vaya asumiendo y a medida de que pasen los días, tenga un
espacio para esta comida.
Otra buena opción, más específicamente para las personas que almuerzan
en su trabajo, es empezar a llevar una vianda con comida más saludable y “a
gusto” y así evitar comprar comida rápida o directamente saltear el almuerzo.
Complementándose con esto se pueden modificar algunos aspectos de la calidad
y tipo de alimentos que se eligen para cocinar. Sustituirlos por algo más
saludable, por lo menos para las comidas de todos los días. Evitar comer en
exceso los productos con colesterol alto o con grasas trans.
Un hábito alimenticio muy importante es masticar la comida, recomiendan
masticar la porción que llevamos a la boca, entre 12 y 15 veces antes de
tragarla, esto contribuye a una buena digestión.
En conclusión creo que implementando la educación alimentaria principalmente
en los niños, se puede empezar a tener otra mentalidad a la hora de comer y
para cuidar nuestra salud, de la que tanto dependemos y no nos cuesta nada más
que un poco de voluntad para notar los cambios en nuestra calidad de vida.
Sonia Villa
(Foto tomada del sitio web:
nutriendohabitos.blogspot.com)
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