sábado, 5 de mayo de 2012

Opinión - Sonia Villa


HÁBITOS ALIMENTICIOS EN URUGUAY
Actualmente se está notando un cambio importante en los hábitos alimenticios de la población uruguaya. Esto tiene un efecto negativo en nuestra calidad de vida, provocando muchas veces enfermedades de alto riesgo, como son la obesidad y el sobrepeso. Muchos factores son los que influyen en esto, por ejemplo el estrés, el fácil acceso a la comida chatarra, y la baja calidad de algunos alimentos que se suelen consumir  tales como son los productos transgénicos.
Los hábitos son comportamientos que expresan creencias y preferencias y determinan en parte la cultura. Otras causas tales como el aumento de la pobreza y las consecuentes dificultades para el acceso a una alimentación adecuada, establecen algunos hábitos en nuestro país.
En nuestra población se pueden destacar hábitos alimentarios adecuados el consumo diario de leche y productos lácteos, de alimentos del grupo de las carnes y de cereales y derivados. Por el contrario resultan aspectos inadecuados el consumo excesivo de calorías, grasas saturadas, sal, azúcar y el bajo o deficiente consumo de frutas y verduras.
Las últimas estadísticas con respecto a este tema, muestran que 2 de cada 4 uruguayos  tienen malnutrición por exceso, lo cual produce por ejemplo problemas cardíacos y altas posibilidades de padecer un infarto. La rutina diaria del trabajador, del estudiante, de los niños o de las familias en sí, afecta para mal al proceso de digestión, ya que muchas veces se ingieren los alimentos de manera muy rápida y sin masticarlos debidamente.
Uno de los factores trascendentales para los drásticos cambios en la dieta de los uruguayos es la variación en los precios que se registró con posterioridad a la crisis de 2002, que estableció un aumento en la compra de alimentos de baja calidad debido a su fácil accesibilidad en comparación con los productos de alta calidad.
 Otro condicionante de estas enfermedades, es que la gente hoy en día no realiza actividades físicas por el hecho de beneficiar a su salud, sino que las realizan mayormente por estética. Son pocas las personas que salen a caminar, a correr, o practican algún deporte por el hecho de sentirse bien.
La mejor manera de empezar a implementar  buenos hábitos a la hora de de comer, es educando a nuestros hijos en este tema. Poder lograr que los niños los adquieran y los siga toda su vida, y así poder ir fomentándolos de generación en generación. De esta manera se contribuye para poder notar a largo plazo resultados positivos en nuestra calidad de vida.
Estudiantes de la licenciatura en nutrición, que están cursando su último semestre, realizaron un informe acerca de esto. Una de estas estudiantes afirmó: “Una alimentación saludable no es comer de todo en abundancia ni privarse de los alimentos, comer sano depende de una adecuada selección y preparación de los mismos basada en los hábitos alimentarios.”
También hicieron algunas recomendaciones de cómo poder lograr una buena alimentación que aporten a una correcta nutrición.
 Por ejemplo, evitar el salteo de comidas y empezar a respetar el horario diariamente. A la mañana un buen desayuno, empezando de a poco si no se tiene la costumbre, para que de esta manera el cuerpo vaya asumiendo y a medida de que pasen los días, tenga un espacio para esta comida.
Otra buena opción, más específicamente para las personas que almuerzan en su trabajo, es empezar a llevar una vianda con comida más saludable y “a gusto” y así evitar comprar comida rápida o directamente saltear el almuerzo.
Complementándose con esto se pueden modificar algunos aspectos de la calidad y tipo de alimentos que se eligen para cocinar. Sustituirlos por algo más saludable, por lo menos para las comidas de todos los días. Evitar comer en exceso los productos con colesterol alto o con grasas trans.
Un hábito alimenticio muy importante es masticar la comida, recomiendan masticar la porción que llevamos a la boca, entre 12 y 15 veces antes de tragarla, esto contribuye a una buena digestión.
En conclusión creo que implementando la educación alimentaria principalmente en los niños, se puede empezar a tener otra mentalidad a la hora de comer y para cuidar nuestra salud, de la que tanto dependemos y no nos cuesta nada más que un poco de voluntad para notar los cambios en nuestra calidad de vida.

Sonia Villa

               (Foto tomada del sitio web: nutriendohabitos.blogspot.com)

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