Cuando se habla de Colonia del Sacramento, ¿en
que se piensa?.
En su entorno natural, en su ciudad vieja, en
los portugueses y españoles que dejaron sus huellas y por supuesto, en el Real
de San Carlos y la majestuosa construcción que allí se encuentra “La Plaza de Toros”.
Esta obra fue pensada por el empresario
argentino Nicolás Mihanovich (hijo) e imaginada en un complejo turístico junto a
un muelle como entrada fluvial a la ciudad, un Frontón de pelota vasca como
actividad alternativa, un Hotel señorial para alojamiento de los visitantes y
una usina eléctrica que abasteciera de energía a la zona.
A escasos 4 kilómetros del Casco
Histórico de la Ciudad
de Colonia del Sacramento, en la zona del Real de San Carlos, fue construida en
estilo moro con hermosas arcadas de herradura en forma de circunferencia,
similar a las que se encuentran en Sevilla.
Para su inauguración el 9 de enero de 1910
fueron especialmente traídos de España los hermanos toreros Rafael y Ricardo
Torres y diez mil espectadores colmaron
sus instalaciones. Pequeños barcos trasladaban a los visitantes desde Colonia
hasta el muelle del Real. Además del ruedo taurino de unos 100 metros de diámetro y
de 17 metros
de altura, la Plaza
contaba con un aplaco para la actuación de la orquesta, bar, restaurante,
escenario, enfermería y una capilla en la que los toreros elevaban sus
plegarias.
Se realizaron solo ocho corridas oficiales y
algunas más extras, ya que un Decreto del gobierno de Batlle y Ordoñez prohibió
definitivamente las corridas en defensa de los animales y a raíz del
incumplimiento de que la actividad solo fuera un simulacro y no hubiera
maltrato para el animal ni para el torero.
En el año 1980, tricentenario de la fundación de
Colonia del Sacramento, algún sector de la misma fue utilizado, pero hoy esta
Plaza se encuentra en ruinas y tiene prohibido su acceso, aunque alguno que
otro audaz turista salta su cercado para tomarse una fotografía y llevar un
testimonio más cercano de este monumento histórico por donde pasaron múltiples
artistas que tiene más de un siglo de existencia.
En el año 1943 pasa a la órbita municipal al
igual que el resto del complejo Real de San Carlos, y pese a los intentos
gubernamentales no se han logrado fondos para su reparación que cada vez se
hace más difícil y costosa. Actualmente
se maneja la posibilidad de una reparación parcial.
En el presente año, en el Día Mundial del
Teatro, los medios de prensa convocaron a vecinos, fuerzas vivas, estudiantes,
instituciones educativas y políticas, dirigentes, empresarios y operadores
turísticos para realizar el “abrazo” a este monumento y manifestar el sentido de
pertenencia y el deseo de su recuperación.
Leandro Costabel
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